... se dejaba besar y morder los labios lentamente, mientras yo le miraba su tez morena curtida por el sol. La silueta de su boca era un mar de sabores riquísimos donde me llenaban sin perder el compás de mis besos. Mientras escuchábamos la música, me miraba..., sin hablar..., se dejaba llevar... se abandonaba a la deriva en esos momentos de placer y el reloj se paraba un tiempo..., era nuestro tiempo... corto pero se paraba...
Rive Gauche
Hermoso momento el abandonarse al amor.
ResponderEliminarUn beso!
Desde luego que si, Soñadora, sólo conocen esos momentos aquellos que lo han vivido.
ResponderEliminarGracias de nuevo amiga!