Te di mis horas,
mi tiempo ilimitado,
te di mi amor
lo mas preciado que se le puede dar a un hombre
junto con mi cuerpo,
mi pelo envuelto en el sol de la caída de la tarde,
y desnudo en el amanecer.
Te di mi alma,
mis risas,
mi corazón,
mis besos lentos, tiernos
y salvajes a la vez.
Te di mi sinceridad y honestidad
lealtad y fidelidad,
confianza y honradez...
Y podría seguir con un largo etc. que ya conoces...
Nada faltó, o quizá todo.
La entrega de tantos años soñándote...
Los amores platónicos, si son capaces de convertirse en realidad y en carnal, a veces, la propia vida lo destruye.
Bendita las veces que te soñé en aquella lejana cita, de una placita llena de arboles y palmeras y recordaba hasta quedar dormida .
Ahora solo queda el recuerdo, el dolor, el duelo, el silencio..., el silencio... el silencio...
Rive Gauche
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