Y tuvo que ser,
de manera fortuita,
porque el azar así lo quiso
cuando te vi,
cuando nos vimos.
Un instante,
solo fue un instante
tu mirada y la mía
se unían.
No hubo palabras,
tan sólo un gesto,
una sonrisa...
un sueño...
un saludo honesto.
Tal y como es la vida,
cada uno de nosotros
siguió su camino
como si se tratara
de dos antiguos conocidos.
Rive Gauche
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